domingo, 21 de febrero de 2010

Schmidberger: “La Iglesia ha entrado en aguas más tranquilas”

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Schmidberger

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Ofrecemos nuestra traducción de una interesante entrevista al Padre Franz Schmidberger, Superior del Distrito alemán de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X (y, anteriormente, primer sucesor de Mons. Lefebvre como Superior general de la FSSPX). Publicada originalmente en el sitio alemán Kathnews, fue traducida al inglés por Rorate Caeli y al italiano por Messainlatino.

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El Padre Franz Schmidberger nació el 19 de octubre de 1946 en Riedlingen. Después de haber estudiado matemática en la Universidad de Munich, en 1972 entró en el seminario de la fraternidad de San Pío X en Ecône. Allí, en 1975, fue ordenado sacerdote por el arzobispo Marcel Lefebvre. En 1979, Schmidberger se convirtió en Superior del Distrito alemán de la Fraternidad y, en 1982, en Superior General de la Fraternidad. De 1994 a 2003, estuvo activo en el liderazgo de la Fraternidad. En 2003 fue nombrado Rector del seminario en Zaitzkofen. En 2006 fue elegido nuevamente como Superior del Distrito alemán.

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Reverendo, ¿cuál es su valoración del estado actual de las discusiones teológicas entre los representantes de la Fraternidad San Pío X y la Santa Sede?


En base a las informaciones disponibles, más bien escasas, las discusiones teológicas clarificadoras han comenzado bien. Por primera vez, somos capaces de exponer sin prisa a la autoridad competente nuestras reservas sobre las declaraciones del Concilio Vaticano II y sobre los desarrollos post-conciliares. Estas discusiones ciertamente continuarán por un tiempo largo, tal vez años. Pero quizás nuestros interlocutores serán capaces de determinar rápidamente que no es posible negar que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X sea católica, aunque puede haber áreas de desacuerdo. Esto representaría un enorme progreso. La naturaleza muy discreta de las discusiones es absolutamente necesaria para el éxito, nada bueno causa un tumulto y nada positivo proviene de un tumulto.

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Recientemente, en una video-entrevista, el obispo Richard Williamson se refirió a las discusiones. Él se expresó más bien negativamente y estaba evidentemente poco convencido de que lleven a un acuerdo. ¿Qué piensa de sus comentarios? ¿Representan la posición oficial de la Fraternidad?


La opinión del obispo Williamson sobre las discusiones en Roma es lamentable porque ciertamente no representa la posición de la Fraternidad. Por otro lado, al mismo tiempo, es necesario poner en guardia claramente contra un exagerado optimismo respecto a las discusiones. Mons. Fellay dijo que sería un milagro si se concluyeran verdaderamente con éxito.

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Según usted, ¿Qué tan realista es un acuerdo entre la Santa Sede y la Fraternidad San Pío X? En 1988, como Superior General, usted ya estuvo involucrado en discusiones similares. ¿La situación ha cambiado desde entonces?


Un acuerdo entre la Santa Sede y la Fraternidad podría significar sólo una cosa: que Roma acepta la voz del Magisterio preconciliar. La Fraternidad nunca ha desarrollado una posición suya propia sino que, por el contrario, se ha hecho portavoz de los Papas, sobre todo de aquellos desde la revolución francesa hasta el Concilio Vaticano II. Desde 1988, la situación ha cambiado en la medida en que Roma ahora toma en serio nuestras objeciones y está a la búsqueda de respuestas.

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En su opinión, ¿cuáles son principalmente los argumentos necesitados de clarificaciones y de discusiones de naturaleza teológica o magisterial? ¿Hay argumentos que podrían describir como “papas calientes”?


La cuestión de la nueva liturgia es, sin duda, un punto de discusión, pero también el ecumenismo, el rol de las otras religiones y la relación de la Iglesia con el mundo. Como “papas calientes” definiría, sobre todo, la cuestión de la libertad religiosa y también la cuestión de la doctrina.

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Un año atrás, Benedicto XVI levantó la excomunión de los cuatro obispos de vuestra Fraternidad. Esta decisión del Santo Padre, ¿ha tenido un efecto positivo en la obra de la Fraternidad?


La revocación del decreto de excomunión ha eliminado obstáculos y nos ha traído más fieles. Por otro lado, sin embargo, el tumulto de la prensa ha levantado algunas barreras. Creo, no obstante, que esta valiente decisión tomada por el Papa ha afectado positivamente no sólo a la Fraternidad y su trabajo sino, en realidad, a toda la Iglesia.

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¿Cómo valora el estado de ánimo actual en vuestros prioratos y capillas? ¿Qué piensan los fieles y los sacerdotes de las discusiones con la Santa Sede?


Por lo que puedo decir, el estado de ánimo en nuestros prioratos y capillas es generalmente bastante bueno y, en general, nuestros miembros reciben bien las discusiones con la Santa Sede. Sin embargo, ninguno de nosotros es víctima de ilusiones.

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En abril de 2005, con el card. Joseph Ratzinger, ha sido elevado al trono de Pedro un príncipe de la Iglesia que ha representado una señal de esperanza para muchos católicos “tradicionales”. Hasta hoy, Benedicto XVI ha gobernado la Iglesia por casi cinco años. ¿Cómo valora estos primeros cinco años de su pontificado?


La Iglesia ha entrado en aguas más tranquilas con Benedicto XVI. La rehabilitación del Santo Sacrificio de la Misa en la forma tradicional, la revocación del decreto de excomunión y las discusiones doctrinales con la Santa Sede son actos muy positivos de este pontificado. Por otro lado, lamentamos la visita a la sinagoga romana y, sobre todo, la declaración del Papa de que nosotros y los judíos oramos al mismo Dios.


Nosotros los cristianos damos culto a la Santísima Trinidad y adoramos a Nuestro Señor Jesucristo como Hijo de Dios, consustancial con el Padre. Los judíos de hoy, por contraste, no aceptan ninguna de estas verdades fundamentales de nuestra santa religión. Siendo que no existe otro Dios fuera de la Santísima Trinidad, ni otro Señor sino Jesucristo, nosotros no damos culto al mismo Dios que los judíos.


Las cosas eran diferentes con los justos del Antiguo Testamento. Ellos estaban abiertos a la verdad de la Trinidad y a la Filiación Divina del Mesías Prometido. El Papa se ha alejado en forma discutible de aquellas palabras del primer Papa, San Pedro: “En ningún otro [fuera de Jesucristo] hay salvación” (Hech 4,12). Esto se aplica a todos, también a los judíos y musulmanes.

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Fuente: Messainlatino


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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