sábado, 4 de abril de 2009

El cuidado en las traducciones de los textos litúrgicos

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Todos sabemos de la importancia que reviste para la liturgia que los textos que se utilizan en la distintas ceremonias estén debidamente elaborados, tanto desde el punto de vista teológico como del estético. En esto juegan un papel fundamental los traductores a las diversas lenguas.


La instrucción Liturgiam authenticam aclara que “las traducciones no deben extender o restringir el significado del término original y los términos que recuerden motivos publicitarios o que tienen tonos políticos, ideológicos o semejantes, deben evitarse. Los manuales de estilística para composición vernácula, de corte académico y profano, no deben ser utilizados acríticamente, ya que la Iglesia posee temas muy específicos y un estilo de expresión apropiado para cada uno de ellos. La traducción es un esfuerzo de colaboración dirigido a mantener la mayor continuidad posible entre el original y los textos en las lenguas vernáculas. El traductor no debe poseer solamente capacidad técnica, sino también confianza en la divina misericordia y espíritu de oración, así como prontitud para aceptar, de buena gana, la revisión de su trabajo por parte de otros” (ver la síntesis oficial de la instrucción).


The Catholic Messenger informa de un nuevo nombramiento en la comisión encargada de la traducción de los textos litúrgicos a la lengua inglesa (ICEL). Se trata de la designación del P. Andrew Wadsworth como secretario general de la misma. Durante años, esta comisión ha sido muy criticada por el enfoque y los resultados de sus traducciones. He aquí la noticia:


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Un sacerdote inglés con afinidad por la forma extraordinaria de la Misa ha sido nombrado secretario general de la International Commission on English in the Liturgy (ICEL). El nombramiento pone de relieve la transformación de una agencia que en un momento fue la cruz de los católicos conservadores en el mundo de habla inglesa.


El Padre Andrew Wadsworth, sacerdote de la arquidiócesis de Westminster, comenzará su trabajo con la ICEL en septiembre. Lingüista consumado, guiará el proceso de culminación de la nueva traducción de la ICEL al Misal Romano. Su nombramiento, anunciado el 30 de marzo, llega con la aprobación de la Congregación vaticana para el Culto Divino.


La ICEL es un organismo internacional supervisado por las conferencias episcopales de las naciones de habla inglesa, que proporciona las traducciones para los textos litúrgicos oficiales, publicados originalmente en latín. Cuando los textos son aprobados por las distintas conferencias episcopales y autorizados por el Vaticano, estas traducciones se convierten en los textos autorizados en inglés.


Durante años, la ICEL fue blanco de duras críticas por parte de los católicos de mentalidad tradicionalista, quienes denunciaban que la comisión estaba realizando cambios injustificados en los textos originales. Haciendo uso de un enfoque conocido como “equivalencia dinámica”, los traductores de la ICEL frecuentemente eliminaban palabras o incluso frases de los textos en latín, o los sustituían por términos propios que no se ajustaban al lenguaje original. Los críticos de los traductores denunciaban que el acercamiento de la ICEL minimizaba consistentemente la “dimensión vertical” o el sentido de asombro en la Liturgia, y acentuaba un acercamiento más popular, políticamente correcto.


Los reclamos en torno a las traducciones de la ICEL se hicieron más agudos en los ’90, con un acalorado debate acerca del uso del lenguaje “inclusivo”, que quitaba de la Liturgia los pronombres de género específico. El Vaticano advirtió contra la eliminación de referencias proféticas a Jesús y a la Paternidad de Dios.


En el 2001, la marea comenzó a cambiar, con la publicación de la instrucción vaticana Lithurgiam Authenticam, que puso énfasis en que las traducciones de los textos litúrgicos deben adherir cercanamente al sentido y a las palabras de los originales latinos. Reconociendo el particularmente vigoroso debate sobre las traducciones litúrgicas en los países de habla inglesa, el Vaticano también estableció una nueva comisión de prelados, la comisión Vox Clara, para la revisión del trabajo de los traductores de la ICEL.


Estos movimientos del Vaticano, provocaron una serie de cambios en la composición de la ICEL y en el enfoque utilizado para las traducciones litúrgicas. La nueva traducción de la Misa por parte de la ICEL, que está cerca de su culminación, ha encontrado dura oposición en los católicos liberales, quienes en su momento eran los principales defensores del trabajo de la ICEL.


La designación del Padre Wadsworth – quien en un momento fue oficial de la Latin Mass Society, y que ha sido prominente en la colaboración para preparar a los sacerdotes ingleses en el uso de la forma extraordinaria – subraya la transformación que la ICEL ha sufrido en la pasada década.


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Fuente: The Catholic Messenger

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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3 Comentarios:

Raul ha dicho

ESTE ARTICULO ME HACE PENSAR EN LAS TRADUCCIONES AL ESPAÑOL DE NUESTROS LIBROS LITURGICOS.CUARENTA AÑOS USAMOS UNA TRADUCCION AMBIGUA Y EXTRAÑAMENTE INQUIETANTE A LA FE "POR TODOS LOS HOMBRES" A LA HORA DE CONSAGRAR EL CALIZ.Y LA SUPRESION DEL "MYSTERIUM FIDEI" PASANDOLO COMO ACLAMACION.QUE SE PODRIA HACER AL RESPECTO¿¿¿¿EL MISAL EN SU TERCERA EDICION TRAE LA CONSAGRACION DE AMBAS ESPECIES EN LATIN...ES PARA USARSE¿¿¿ENTONCES POR QUE LOS OBISPOS O LA VCOMISION LITURGICA NACIONAL NO LO HA HECHO SABER¿¿¿¿¿

Anónimo ha dicho

Por favor, si alguien me puede indicar la última traducción de la Biblia que sea "confiable". Es decir, que no haya pasado por manos tergiversadoras, ideologizadas, voluntaristas o post conciliares y sea una expresión fiel de los textos originales (griegos y latín).
Tengo una "reyna valera" de 1909, pero agradecería una respueta de alguien que sepa del tema.
Gracias.

Gracias

Jerónimo ha dicho

Para Anónimo:
"Biblia de Jerusalén", Editorial Desclée de Brouwer. Saludos.