martes, 24 de marzo de 2009

Liturgia e inculturación, según Guido Marini

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 Misa en Yaoundé

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Ayer hacíamos referencia a las palabras que el Santo Padre dirigió a los obispos de Camerún sobre la dignidad de la Liturgia y a la fidelidad con la que Monseñor Marini y sus colaboradores habían puesto en práctica las directivas papales. Hoy ofrecemos nuestra traducción de una entrevista a Monseñor Guido Marini en la cual, partiendo del balance sobre las Liturgias papales en África, aclara con gran precisión la relación que debe haber entre la Sagrada Liturgia de la Iglesia universal y las diversas expresiones culturales locales.

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En Yaoundé se ha iniciado, al menos ésta es la esperanza, una etapa nueva para África. Una etapa de reconciliación, de justicia y de paz. Y la Iglesia está junto a este pueblo inmenso, con toda su carga de dolores y de sufrimientos pero también con todo el precioso tesoro de valores contenidos en su cultura tradicional, con la autenticidad y la frescura de su fe, y con su profundo respeto por lo sagrado. El Papa, durante el encuentro con los periodistas que lo acompañaban a bordo del avión en el regreso a Roma, entre otros argumentos afrontados, ha querido subrayar precisamente esta característica del alma africana: el sentido de lo sagrado. También durante las celebraciones presididas en estos días, en las que se han incluido elementos expresivos de la religiosidad y de la cultura africana, ha mostrado apreciar la compostura, la fe sincera que logran expresar y la fuerza motriz que ejercen sobre la asamblea de los fieles, haciendo viva y concreta la participación. En este sentido, ha sido ejemplar la Misa en el estadio Amadou Ahidjo de Yaoundé para la entrega del Instrumentum laboris, en la cual un coro de más de sesenta mil personas ha destacado los momentos importantes como una única voz. La así llamada “africanización” de la Misa ha sido siempre objeto, no tanto de discusiones sino más bien de estudio y verificación. Hemos hablado con el maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificas, monseñor Guido Marini, el cual ha concedido esta entrevista a nuestro periódico.

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El Papa, al encontrarse con los periodistas, ha querido subrayar la belleza de las celebraciones litúrgicas vividas en África, destacando la gran dignidad y sacralidad manifestadas también a través de algunas modalidades expresivas típicas de la cultura africana. ¿A usted qué le ha parecido?


Sin duda, hemos participado en celebraciones litúrgicas durante las cuales se ha respirado el sentido de lo sagrado, en un clima de gran dignidad y todo ha contribuido a ello: el canto, el silencio, la palabra, algunas gestualidades típicas de la cultura africana, las expresiones de alegría contenida y religiosa. Han sido encuentros de oración muy intensos en los cuales se ha tenido la gracia de entrar en la belleza del misterio de Dios y de la Iglesia.

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¿Cómo han sido preparadas las celebraciones litúrgicas?


Se ha trabajado mucho tiempo para que todo pudiese realizarse de la mejor manera posible. Primero, como es costumbre para la preparación de los viajes, hemos tenido algunas reuniones en Roma con los responsables litúrgicos locales; luego hemos ido al lugar para visitar los sitios de las celebraciones y continuar con la preparación iniciada; finalmente, durante el viaje papal, hemos hecho alguna revisión más y los ensayos con todos los encargados de los diversos servicios litúrgicos. La colaboración ha sido muy cordial y generosa, y por parte de los responsables litúrgicos locales para la Liturgia ha habido mucha disponibilidad a seguir las indicaciones recibidas y a definir juntos también los detalles.

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En su opinión, ¿cómo se puede conciliar la necesidad de respetar los cánones de la Liturgia con la manifiesta voluntad de los africanos de expresar su fe según la cultura tradicional africana que por lo demás tiene como algo innato, como quiso recordar el Papa, el respeto por lo sagrado?


Soy del parecer de que el punto de partida debe ser siempre la realidad más íntima y verdadera de la Liturgia: su ser celebración del misterio del Señor, de su muerte y resurrección por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, oración de la Iglesia en la cual todos entramos en vistas a una auténtica conversión de la vida. Cuando las diversas expresiones culturales son puestas al servicio de esta celebración, es posible que encuentren un espacio adecuado y expresión en la Liturgia. No la deben cambiar porque la Liturgia es un don precioso donado a la Iglesia y vivido por ella en la continuidad de su Tradición, que no es modificable subjetiva y arbitrariamente; pueden, sin embargo, ofrecerle una forma expresiva cultural, típica y enriquecedora. Creo poder afirmar que esto es lo que se ha vivido en los días de la visita de Benedicto XVI a África.

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Las sectas religiosas basan el éxito de su proselitismo precisamente en la capacidad de mimetizarse con la cultura africana. Teniendo en cuenta que los africanos parecen aferrarse mucho a la inserción en sus celebraciones de elementos típicos de su cultura, ¿qué se puede hacer para ayudarlos a identificarse cada vez más y mejor con la celebración de la Misa?


El tema de las sectas da lugar a una multiplicidad de problemáticas, entre otras cosas complejas. Pienso, sin embargo, que en lo que respecta a la Liturgia, la posibilidad de que la cultura africana pueda encontrar un lugar adecuado en la celebración de los misterios del Señor es, sin duda, una ayuda para superar el peligro de la adhesión a las sectas. Considero que es importante recordar también que no todas las expresiones culturales son compatibles con la Liturgia de la Iglesia: puede haber una necesidad de educación y de purificación. Éste es, por otra parte, el camino necesario de toda cultura que se encuentra con el Evangelio: queda sanada y purificada y se hace capaz de darle una nueva expresión histórica.

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Ha parecido que al Papa le han agradado las formas expresivas manifestadas durante las celebraciones africanas…


Creo que sí, considerando también las palabras que Benedicto XVI dijo al respecto en el encuentro con los periodistas en el avión durante el viaje de retorno de África. Me parece que el agrado se debe al hecho de que en estas celebraciones se ha vivido un intenso sentido de lo sagrado y del misterio, que el recogimiento ha sido grande a pesar de la gran multitud de participantes, y que se ha realizado una fructífera coexistencia de elementos típicos locales y de elementos universales. Se estaban viviendo las celebraciones litúrgicas en África pero, al mismo tiempo, se estaba viviendo una celebración litúrgica de la Iglesia universal.

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Fuente: L’Osservatore Romano


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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